Radiaciones, un riesgo ligado al medio ambiente

Publicado en21/06/2019 por

En función del puesto de trabajo que desempeñe una persona y del sector laboral del que se trate, un profesional está expuesto a diferentes tipos de riesgos, alguno de ellos directamente relacionados con la seguridad o su carga de trabajo y otros ergonómicos.

No obstante también existen riesgos que están directamente relacionados con el medio ambiente, como es el caso de la exposición a las radiaciones.

Las radiaciones son un tipo de contaminante físico que es una forma de energía que puede estar presente en el ambiente y llegar a provocar diferentes daños a la salud.

La radiación es una forma de transmisión de energía en ondas y partículas subatómicas que pueden ser naturales o artificiales.

Las radiaciones pueden ser:

  • Ionizantes: Son aquellas que tienen una alta frecuencia y energía que pueden estar presentes en diferentes elementos químicos como el uranio y en las instalaciones de las centrales nucleares, así como en los rayos X. Los trabajadores que desempeñan labores con exposición a estas radiaciones tienen un grave riesgo para su salud, pudiendo a llegar a sufrir vómitos, malformaciones en la descendencia, alteraciones celulares e incluso cáncer producto de esas radiaciones artificiales.
  • No Ionizantes: Estas tienen una baja energía y no provocan tantos daños para la salud como las anteriores, siendo mucho más comunes y son las que día a día soportamos al utilizar el móvil o el microondas. Son frecuentes en fundiciones y hornos industriales, entre otros.

Cómo prevenir las radiaciones ionizantes

Como medida de prevención para evitar sufrir problemas derivados de la exposición a las radiaciones ionizantes es necesario que los trabajadores reciban una formación adecuada, pero también que cuenten con Equipos de Protección Individual adecuados para estar correctamente seguros y protegidos.

No obstante, aunque estén equipados con los uniformes, se deben tomar una serie de medidas de prevención:

  • Tiempo de exposición: El trabajador debe permanecer expuesto al riesgo durante un tiempo limitado, reduciendo así las posibilidades de que pueda sufrir algún problema de salud.
  • Aislamiento de la zona de trabajo: El entorno de trabajo debe estar protegido por planchas de plomo portátiles y también con recubrimientos fijos del mismo material en paredes y puertas.
  • Distancia al foco: Siempre que sea posible el profesional debe hacer uso de herramientas que le permitan trabajar lo más lejos posible del foco de riesgo. Se debe señalizar debidamente la zona de riesgo para que ninguna persona pueda circular por ella sin protección.

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