Los riesgos químicos y biológicos de los laboratorios
Los laboratorios son lugares en los que se llevan a cabo una gran cantidad de investigaciones, experimentos y otros trabajos de carácter científico o técnico, un lugar en el que los profesionales están expuestos a diferentes peligros en función de las sustancias con las que se encuentren trabajando.
Un profesional de esta rama se puede enfrentar a diferentes riesgos químicos y biológicos, lo que exige que deban contar en todo momento con ropa de trabajo apropiada, haciendo uso de batas, guantes de látex, gafas protectoras, etcétera.
Al trabajar con material biológico o químico es muy importante extremar las medidas de precaución y que los profesionales se encuentren debidamente uniformados, pero no solo por razones derivadas de los posibles percances que pudieran tener su origen en la manipulación de sustancias, sino también como medida de higiene para evitar que se puedan contaminar las muestras con las que se está trabajando.
En los laboratorios químicos las causas más frecuentes que dan lugar a accidentes son la manipulación de líquidos inflamables, los cuales pueden provocar incendios, mientras que en el caso de los laboratorios biológicos el mayor riesgo existente es el de contaminarse con microorganismos que pueden llegar a provocar a la aparición de enfermedades en el trabajador.
Dejando de lado la necesidad de Equipos de Protección Individual para proteger al trabajador, que es obligatorio, se debe tener en cuenta que en estos laboratorios deben estar presentes equipos de protección colectiva y primos auxilios como las duchas y los lavaojos, un elemento que no sustituye a los EPIs y que se encarga de ofrecer una solución de emergencia a los trabajadores cuando sea necesario.
En los laboratorios químicos o de otra índole en el que se trabajen con productos y sustancias nocivas existe la posibilidad de que el trabajador sufra salpicaduras o proyecciones de partículas que puedan llegar a irritar sus ojos, momento en el que será clave el uso de los lavaojos o duchas para descontaminar de manera rápida al trabajador.
Estos sistemas irrigan dos grandes chorros de agua a ambos ojos de forma simultánea, ayudando así en caso de emergencia.
Las duchas de emergencia, por su parte, también deben estar presentes por si se provoca un incendio en un laboratorio y este alcanza al trabajador, que podrá aliviarse, si bien en casos graves deberá acudir a un centro médico.
Asimismo también ayudan a descontaminar en el caso de que alguna sustancia con la que se haya trabajado en el laboratorio haya salpicado al trabajador en alguna parte de su cuerpo.